Con una vuelta a ese dicho, “más que hacerle profeta, hacerle poeta en su tierra”, el presidente Comarcal, José Luis Ramón, impuso la insignia al poeta villafranquino y último Premio Nacional de Poesía. Mestre hizo una defensa expresa de la “identidad como pueblo” de El Bierzo, que se fundamenta en los valores sencillos de quienes han dejado su legado en una voz “que viene muy de lejos, de los antepasados” .
Mestre agradeció al Consejo, como representante de El Bierzo “por hacerme un sitio en vuestros corazones”. En algunos momentos emocionado al exhortar su discurso ante las autoridades, quiso ensalzar el valor de la palabra, y de su trabajador, el poeta.
Precisamente reivindicó la voz para lo que se pretende acallar, y para quienes no la tienen muchas veces, pero que van dando forma a “esa voz que viene de muy lejos, de nuestros antepasados” y que según Mestre, confiere “identidad como pueblo” a El Bierzo.
Y así habló en varias de los trabajadores, “mineros, labradores, herreros, campesinos…” y un largo etcétera, también para los represaliados por el doble “crimen del olvido”. Todo ello según Mestre, “son las raíces de nuestra dignidad como pueblo” y que está impregnado en un “lenguaje” que de vez en cuando alguien sabe escuchar “en los árboles, en los pájaros, en la tierra”.
Por ello también volvió a defender los valores de la tierra natural sobre “quienes pretenden que sirva para la utilidad privada de unos pocos”.
Un discurso en el que el poeta sólo, y es mucho, se presentó como un nuevo lápiz para proseguir componiendo la “identidad” y la historia de un pueblo que ya han ido materializando autores a los que hizo mención: Gil y Carrasco, Ramón Carnicer, Antonio Pereira…